Farmacología
Conceptos básicos de la administración de fármacos
Desde los puntos de vista jurídico, ético y práctico, la administración de medicamentos es mucho más que un simple servicio de suministro. Es una habilidad que requiere un gran dominio técnico y la aplicación de un conocimiento amplio, capacidad analítica, juicio profesional y experiencia clínica. De hecho, algunos consideran que la administración segura y eficaz de los fármacos constituye la base del éxito profesional como miembro del personal de enfermería.
Para administrar medicamentos con precisión, es necesario un sólido conocimiento de:
- Términos farmacológicos.
- Vías de administración de los fármacos.
- Efectos que éstos producen después de ingresar al cuerpo.
Farmacología
La farmacología es el estudio científico del origen, características químicas, naturaleza, efectos y usos de los fármacos.
El fármaco típico tiene tres o más nombres:
- Nombre químico describe la estructura atómica y molecular de la sustancia. Ej: 7-cloro-1,3-dihidro-1-metil-5-fenil-2H-1,4-benzodiazepin-2-ona.
- Nombre genérico es una versión más corta y simple del nombre químico de la sustancia. Ej: Diazepam.
- Nombre comercial (también conocido como marca comercial o marca registrada) es la denominación elegida por la compañía farmacéutica que lo vende. Los nombres comerciales están protegidos por las leyes de propiedad intelectual o patentes . Ej: Valium.
Clases de fármacos
Los fármacos que comparten características similares se agrupan en clases o familias farmacológicas. Por ejemplo, la clase conocida como bloqueantes ß- adrenérgicos contiene varios medicamentos con propiedades similares.
Los fármacos también pueden agruparse de acuerdo con su clase terapéutica, que los clasifica en función de su uso. Por ejemplo, los diuréticos tiazídicos y los bloqueantes ß-adrenérgicos son ambos antihipertensivos, pero pertenecen a diferentes clases farmacológicas porque comparten pocas características
Vías de administración
Las vías de administración influyen en la cantidad que se utiliza y la velocidad a la que se absorbe y distribuye el fármaco. Tales variables afectan, a su vez, la acción farmacológica y la respuesta del paciente. Las vías de administración que incluyen el tubo digestivo se conocen como vías enterales, abarcan desde la boca hasta el recto, y son: oral, sublingual, lingual, bucal, alimentación por sonda y rectal.
Aquéllas que no abarcan el tubo digestivo o el aparato respiratorio e incluyen el uso de una aguja se conocen como vías parenterales. Éstas son útiles para el tratamiento de un paciente que no puede ingerir un medicamento.
Vía tópica
La vía tópica se utiliza para administrar un fármaco a través de la piel o una mucosa. Las ventajas de suministrar fármacos por esta vía incluyen:
- Administración fácil.
- Pocas reacciones alérgicas.
- Menos reacciones adversas que los fármacos administrados por vías sistémicas.
El suministro de dosis precisas puede ser difícil con esta vía. Además, tal vez sea un poco incómodo aplicar estos medicamentos, ya que se puede manchar tanto la ropa de cama como la del paciente, la sustancia tiene un olor distintivo o te puedes quedar impregnado de este olor tú también.
Vía oftálmica
La administración oftálmica abarca fármacos, como cremas, pomadas y gotas, que se colocan en el saco conjuntival o directamente sobre la superficie del ojo. Asimismo, los insertos intraoculares y los escudos de colágeno se pueden utilizar para administrar fármacos oftálmicos.
Para todos los tipos de administración oftálmica, se debe tener cuidado de evitar la contaminación del envase del medicamento o la transferencia de microorganismos al ojo del paciente.
Hay un tipo de sistema de liberación de fármaco intraocular que permite el suministro de pilocarpina en los músculos ciliares para tratar el glaucoma. Debido a que el disco del sistema tiene el medicamento que se libera durante toda una semana, resulta más conveniente que las gotas.
Sin embargo, los insertos intraoculares cuestan mucho más que las gotas para los ojos y pueden ser incómodos. Además, el medicamento puede absorberse de manera sistémica lo cual quizá genere efectos adversos.
Vía ótica
La administración ótica se refiere a los medicamentos que se aplican directamente en el oído. Las soluciones que se administran en este órgano pueden utilizarse para tratar la infección o inflamación del conducto auditivo externo, producir anestesia local o ablandar el cerumen impactado para su eliminación.
Las soluciones óticas deben estar a temperatura ambiente antes de su administración, porque las soluciones frías pueden causar dolor o vértigo.
Vía nasal
La administración nasal implica el uso de fármacos que se colocan directamente en la nariz del paciente. Las soluciones medicinales se pueden aplicar en las fosas nasales del individuo con un gotero o como una pulverización atomizada mediante un frasco de compresión o un dispositivo de bomba.
La mucosa nasal tiene abundantes vasos, lo cual permite la absorción sistémica sin pasar por el metabolismo de primer paso a través del hígado (este órgano cambia el fármaco a una sustancia más soluble en agua para secretarlo antes de que entre en la circulación).
Vía respiratoria
Los fármacos que son solubles en lípidos y están disponibles como gases se pueden administrar en el árbol respiratorio. Este último proporciona una extensa área que recibe gran perfusión para conseguir una mejor absorción. Las dosis más pequeñas de fármacos potentes pueden proporcionarse por esta vía para minimizar sus efectos adversos. Debido a que esta vía es de fácil acceso, da una alternativa práctica cuando otras vías no están disponibles.
En situaciones de urgencia, algunos medicamentos inyectables, como la atropina, la lidocaína y la epinefrina, se pueden suministrar de manera directa a los pulmones a través de una sonda endotraqueal. Un fármaco administrado en la tráquea se absorbe en el torrente sanguíneo desde los sacos alveolares.
El surfactante (sustancia tensoactiva), por ejemplo, se administra a los recién nacidos prematuros a través de la tráquea para mejorar su función respiratoria. Asimismo, la atropina puede darse a los pacientes con bradicardia sintomática y que no tienen un acceso vascular para aumentar su ritmo cardíaco.
Una desventaja importante de la vía respiratoria es que son pocos los fármacos que pueden darse de esta manera. Otras desventajas incluyen:
- Dificultad en la administración de dosis precisas o completas cuando el paciente no coopera.
- Náuseas y vómitos cuando ciertos medicamentos llegan a los pulmones.
- Irritación de la tráquea o la mucosa bronquial, lo cual causa tos o broncoespasmo.
- Posible infección de los equipos utilizados para suministrar los fármacos a los pulmones.
Vías bucal, sublingual y lingual
Ciertos medicamentos se administran por vía bucal (en los espacios entre el carrillo y los dientes), sublingual (debajo de la lengua) o lingual (en la lengua) para prevenir su destrucción o transformación en el estómago o el intestino delgado.
Los fármacos administrados por estas vías actúan rápidamente porque el epitelio delgado de la mucosa bucal y sus abundantes vasos permiten su absorción directa en el torrente sanguíneo.
Las vías mencionadas se pueden utilizar si el paciente es incapaz de ingerir, no puede deglutir o se encuentra intubado. Hay que recordar que los fármacos proporcionados por estas vías no tendrán efecto de primer paso en el hígado y no causarán irritación gastrointestinal.
Sin embargo, sólo los medicamentos que son muy solubles en lípidos pueden darse por estas vías y pueden irritar la mucosa bucal.
Vía oral
Por lo general, la administración oral es el método más seguro, más conveniente y menos costoso. Por estas razones, la mayoría de los fármacos se dan por esta vía a los pacientes que están conscientes y que son capaces de deglutir.
La vía oral tiene algunas desventajas y ellas son:
- La absorción del fármaco es variable.
- Debido a que las sustancias pasan por el hígado, puede haber metabolismo de primer paso.
- Los fármacos no se pueden administrar por esta vía en la mayoría de las situaciones de urgencia, debido a su absorción impredecible y relativamente lenta.
- Los fármacos orales pueden irritar las vías gastrointestinales, decolorar los dientes del paciente y el sabor tal vez sea desagradable.
- Los medicamentos orales pueden producir broncoaspiración de manera accidental si hay dificultad para deglutir o la persona no coopera.
Vía enteral
Administración enteral: ¿Por qué varía la absorción?
Un medicamento que se administra por vía enteral, ya sea oral o por sonda gástrica, puede tener velocidades de absorción variables debido a:
- Cambios en el pH del tubo digestivo.
- Cambios en la permeabilidad de la mucosa intestinal.
- Fluctuaciones en la motilidad gastrointestinal.
- Variaciones en el flujo de sangre del tubo digestivo.
- Presencia de alimentos en las vías gastrointestinales.
- Presencia de otros medicamentos en el tubo digestivo.
Vía gástrica
La vía gástrica permite la instilación directa de fármacos en el tubo digestivo de los pacientes que no pueden ingerirlos. Es posible colocar varios tipos de sondas para la instilación. Los medicamentos aceitosos y los comprimidos o las cápsulas con cubierta entérica o de liberación sostenida no se pueden administrar por esta vía.
Vías rectal y vaginal
Es posible aplicar supositorios, pomadas, cremas o geles en el recto o la vagina para tratar la irritación local o la infección. Algunos medicamentos aplicados a la mucosa del recto o la vagina pueden absorberse de forma sistémica. También es factible el suministro de sustancias en el recto mediante un enema con medicamento o en la vagina con una ducha que contenga fármacos.
Los fármacos administrados a través de las vías rectal y vaginal no irritan la parte alta del tubo digestivo, como lo hacen algunos medicamentos orales. Además, estas vías evitan la destrucción de los fármacos por parte de las enzimas digestivas en el estómago y el intestino delgado.
Sin embargo, hay algunas desventajas de las vías rectal y vaginal; ellas son:
- La vía rectal generalmente está contraindicada cuando el paciente tiene un trastorno que afecta la parte baja del tubo digestivo, como hemorragia rectal o diarrea.
- La absorción del fármaco puede ser irregular o incompleta.
- La vía rectal casi nunca se puede utilizar en caso de urgencia.
- Con algunos fármacos por vía rectal, quizá se necesite una dosis más grande que la requerida por vía oral.
- Debido a que por lo general la administración rectal estimula el nervio vago, esta vía puede suponer un riesgo para los pacientes cardiópatas.
- Los medicamentos dados por vía rectal pueden irritar la mucosa de esta área.
- Administrar un fármaco por vía rectal o vaginal puede causar incomodidad y vergüenza en el paciente.
Vía intradérmica
La administración intradérmica de fármacos se utiliza, principalmente, con fines de diagnóstico, cuando se llevan a cabo pruebas de alergia o tuberculosis. Para administrar fármacos por vía intradérmica, se inyecta una pequeña cantidad de suero o vacuna entre las capas de la piel, justo por debajo del estrato córneo.
Esta vía tiene poca absorción sistémica y por ello sólo produce principalmente efectos locales. Se debe asegurar de no inyectar la sustancia demasiado profundo. Si se hace, se tendrá que reinyectar, lo cual causa estrés, costos adicionales y retraso del tratamiento.
Vía subcutánea
Al utilizar esta vía, se inyecta una pequeña cantidad de medicamento debajo de la dermis y en el tejido subcutáneo, por lo general, en la parte superior del brazo, el muslo o el abdomen del paciente. Los pacientes con diabetes utilizan esta técnica para inyectarse insulina.
La sustancia se absorbe con lentitud desde el tejido subcutáneo, lo cual prolonga sus efectos. Existen algunas desventajas de la vía subcutánea; ellas son:
- La inyección puede dañar el tejido.
- No puede utilizarse cuando el paciente tiene vasculopatía oclusiva y perfusión periférica deficiente, debido a la disminución de la absorción por los retrasos de la circulación. Las excepciones son la heparina y la insulina.
- No puede utilizarse cuando la piel o el tejido subyacente del paciente es en extremo adiposo o edematoso; está quemado, endurecido o hinchado; en los sitios comunes de inyección; o está dañado por inyecciones previas o con alguna enfermedad.
Aparte de la inyección, otro método de administración subcutánea es implantar debajo de la piel gránulos o cápsulas que contienen pequeñas cantidades de un fármaco. A partir de la dermis, el medicamento se filtra lentamente hacia los tejidos.
La goserelina, un tipo de implante, se inserta en la pared abdominal superior para tratar el cáncer de próstata avanzado. Dado que los implantes subcutáneos no requieren acción alguna por parte del paciente, después de que se colocan, eliminan el problema de la falta de cumplimiento. Su principal inconveniente es la necesidad de una cirugía menor para insertarlos o extraerlos.
Vía intramuscular
La vía intramuscular (i.m.) permite inyectar fármacos directamente en varios grupos musculares a diferentes profundidades del tejido. Esta vía se usa para dar suspensiones y soluciones acuosas en aceite, así como medicamentos que no están disponibles de forma oral.
El efecto de un fármaco administrado por vía i.m. es relativamente rápido y los medicamentos acuosos pueden proporcionarse a los adultos en dosis de hasta 5 mL en algunos sitios. La vía i.m. también elimina la necesidad de un acceso intravenoso.
A pesar de su practicidad, hay muchas desventajas de la vía intramuscular; ellas son:
- Un fármaco administrado por esta vía puede precipitarse en el músculo, lo cual reduce la absorción.
- El medicamento no puede absorberse de forma correcta si el paciente está hipotenso o tiene escasa irrigación sanguínea del músculo.
- Una técnica incorrecta puede causar introducción accidental del fármaco en el torrente sanguíneo, lo cual quizá produzca una sobredosis o una reacción adversa.
- La vía i.m. puede originar dolor e irritación local del tejido, daño en los huesos, perforación de los vasos sanguíneos, lesión de nervios o desgarros del tejido muscular, lo cual interfiere con la mioglobina, un marcador de infarto agudo de miocardio.
Vía intravenosa
La vía intravenosa (i.v.) permite la inyección de sustancias directamente en el torrente sanguíneo a través de una vena. Las sustancias apropiadas para esta vía incluyen medicamentos líquidos, medios de contraste para diagnóstico y sangre o hemoderivados.
La administración puede variar desde una sola dosis hasta una venoclisis con suministro continuo y preciso.
Ventajas
Debido a que el fármaco o la solución se absorbe de inmediato y por completo, la respuesta del paciente es rápida. La biodisponibilidad instantánea (disponibilidad de la sustancia para conseguir el efecto en los tejidos elegidos) hace que la vía i.v. sea la primera opción para la administración de fármacos durante una urgencia para aliviar el dolor agudo.
Esta vía no tiene efecto de primer paso en el hígado y evita el daño al tejido muscular causado por la irritación con los fármacos. Debido a la absorción en el torrente sanguíneo, la administración es completa y fiable y se pueden suministrar grandes dosis de las sustancias a un ritmo continuo.
Desventajas
Pueden surgir reacciones adversas potencialmente letales si los medicamentos intravenosos se administran demasiado rápido, si el flujo no se controla con el cuidado suficiente o si los fármacos incompatibles se mezclan entre sí.
Además, la vía i.v. aumenta el riesgo de complicaciones, como extravasación, irritación de la vena, infección sistémica y embolia gaseosa.
Vías de administración específicas
En ciertas circunstancias, la administración de sustancias puede tener lugar directamente en el sitio donde se desea una acción específica. El uso de catéteres y dispositivos especializados, medicamentos y soluciones pueden aplicarse a un órgano o sus vasos sanguíneos para tratar urgencias y enfermedades, infiltrar tumores o aliviar el dolor.
En estos casos, se pueden utilizar las siguientes vías: epidural, intrapleural, intraperitoneal, intraarticular o intraósea.
Conceptos clave de la farmacocinética y la farmacodinamia
Farmacocinética
Una sólida comprensión de la farmacocinética (el movimiento de un medicamento a través del cuerpo) puede ayudar a predecir la respuesta del paciente a un régimen farmacológico prescrito y anticipar posibles problemas.
Cada vez que se administra un medicamento, una serie de acontecimientos fisicoquímicos tiene lugar en el organismo del paciente e incluyen cuatro procesos básicos:
- Absorción
- Distribución
- Metabolismo
- Excreción
Absorción
Antes de que un fármaco pueda actuar en el cuerpo, debe absorberse en el torrente sanguíneo. El grado en el que el cuerpo de un paciente absorberá un medicamento depende de varios factores, entre ellos:
- Propiedades fisicoquímicas de la sustancia
- Forma de presentación del fármaco.
- Vía de administración.
- Las interacciones del fármaco con otras sustancias en las vías digestivas.
- Varias características de los pacientes, en especial el sitio y el estado de la superficie absorbente.
Estos factores también pueden determinar la velocidad y la cantidad de absorción del fármaco. Cuando se utiliza la vía oral, algunas formas de presentación (como comprimidos y cápsulas) quizá tengan que desintegrarse antes de que las partículas libres estén disponibles para disolverse en los jugos gástricos.
Sólo después de disolverse en estos jugos, el fármaco puede absorberse, circular en el torrente sanguíneo y así tornarse biodisponible. Un fármaco biodisponible es uno que está listo para producir un efecto fisiológico.
Algunos comprimidos tienen recubrimientos entéricos, que retrasan la desintegración hasta que el fármaco deja el ambiente ácido del estómago. Otras modalidades, como las cápsulas de liposomas, poseen sistemas especiales que liberan el medicamento sólo a una presión osmótica particular.
Las soluciones y los elíxires orales, que no tienen que desintegrarse y disolverse para tener efecto, suelen absorberse con mayor rapidez. Si el paciente ha tenido una resección intestinal, debe anticiparse que habrá
una absorción lenta de cualquier fármaco que se administre por vía oral.
Recordar que todo medicamento i.m. primero debe absorberlo el músculo antes de que pueda entrar al torrente sanguíneo. Los supositorios primero han de disolverse para ser absorbidos a través de la mucosa rectal. Los fármacos administrados por vía i.v. (con la cual llegan directamente a la circulación sanguínea) tienen biodisponibilidad completa e inmediata.
Distribución
Cuando un medicamento se introduce en el torrente sanguíneo, se distribuye en los tejidos y los líquidos del cuerpo a través del sistema circulatorio. Para entender mejor la distribución de las sustancias, se debe pensar en el cuerpo como un sistema de compartimentos fisiológicos definidos por el flujo sanguíneo.
El torrente sanguíneo y la alta perfusión de órganos, como en el cerebro, el corazón, el hígado y los riñones, forman el compartimento central. Las áreas menos perfundidas constituyen el compartimento periférico, que se subdivide en el compartimento del tejido (vísceras, músculo y piel) y el compartimento profundo (grasa y hueso).
Los tejidos con perfusión abundante reciben el fármaco antes que las zonas menos irrigadas. A continuación, cada compartimento almacena partes de la sustancia y la libera cuando las concentraciones del fármaco en plasma disminuyen.
La distribución también depende, en parte, de la capacidad de un fármaco para atravesar las membranas lipídicas. Algunos medicamentos no pueden cruzar ciertas membranas celulares y, por lo tanto, tienen una distribución limitada. Por ejemplo, los antibióticos presentan problemas para permear la glándula prostática, los abscesos y los exudados.
El cuerpo puede almacenar un medicamento en grasa, hueso o piel. Conocer las características de cada compartimento que almacena sustancias ayudará a entender cómo su distribución puede afectar la duración del efecto de un fármaco.
Almacenamiento en grasa
Un fármaco que se disuelve fácilmente en lípidos migra hacia el tejido adiposo (lo que por lo general se considera como tejido graso). Debido a que este tejido carece de receptores para la acción del fármaco, este último permanece ahí inactivo. Con el tiempo, lo liberan las células grasas para que ejerza su efecto farmacológico.
Con algunas sustancias, esta acción lenta y prolongada es una ventaja. Por ejemplo, la liberación lenta de barbitúricos anestésicos proporciona una anestesia eficaz durante la cirugía. Con otras sustancias, una acción prolongada puede ser peligrosa.
Almacenamiento en hueso
El hueso actúa como un compartimento de almacenamiento para ciertos fármacos. La tetraciclina, por ejemplo, se distribuye a través del hueso y, finalmente, puede cristalizarse allí. En un niño en crecimiento, esto puede causar manchas en los dientes. El plomo y algunos productos químicos también se pueden acumular en el hueso, lo cual da lugar a una exposición prolongada a toxinas.
Almacenamiento en la piel
Este tipo de almacenamiento suele causar fotosensibilidad. La tetraciclina y la amiodarona son ejemplos de fármacos que se almacenan en la piel.
Farmacodinamia
- Efectos terapéuticos (como el alivio del dolor y la disminución de la presión arterial).
- Efectos secundarios (Acción de los fármacos e Interacciones químicas).
- En qué lugar actúa el fármaco sobre el organismo (centro de actividad).
- Cómo actúa el fármaco sobre el organismo (mecanismo de acción).
Dosificación y administración
Algunos medicamentos (como digoxina, gentamicina y tobramicina) se distribuyen mal en el tejido graso. Por lo tanto, la dosis en función del peso corporal real en un paciente muy obeso puede conducir a una sobredosis e intoxicación grave.
Cuando se administran estos fármacos, es necesario calcular la dosis en función del peso corporal magro, que se puede estimar a partir de tablas actuariales que dan rangos de peso promedio para diferentes estaturas.
La distribución también se altera si el fármaco se une a las proteínas plasmáticas, sobre todo a la albúmina. Sólo el fármaco libre, no unido, puede producir un efecto en el sitio receptor de sustancias, por lo que la unión influye en gran medida en la eficacia y la duración de la acción del fármaco.
Ciertas enfermedades impiden la distribución de los fármacos mediante la alteración del volumen de distribución (la cantidad total de fármaco en el cuerpo en relación con la cantidad en el plasma). La insuficiencia cardíaca, la deshidratación y las quemaduras son ejemplos de tales trastornos.
Si el paciente tiene insuficiencia cardíaca, es de esperar que se necesite un aumento de dosis, ya que el medicamento debe distribuirse en un volumen de líquido más grande. Por otro lado, si el paciente está deshidratado, entonces la dosis debe disminuirse, ya que el medicamento tendrá que distribuirse en un volumen de líquido mucho más pequeño
Metabolismo y excreción
La mayoría de los fármacos se metabolizan en el hígado y se eliminan por los riñones. La velocidad a la que se metaboliza un fármaco varía según el individuo. Algunos pacientes metabolizan los medicamentos tan rápido que sus concentraciones en sangre y tejidos resultan insuficientes desde el punto de vista terapéutico.
Otros metabolizan los fármacos tan lentamente que incluso dosis las normales pueden producir resultados tóxicos.
El metabolismo del fármaco puede ser más rápido en los fumadores que en los no fumadores porque el humo del cigarrillo contiene sustancias que inducen la producción de las enzimas hepáticas. Además, una dieta alta en grasas o hidratos de carbono puede retrasar el metabolismo de ciertos fármacos, mientras que una dieta alta en proteínas puede acelerarlo.
Las hepatopatías o las enfermedades que interfieren con el flujo sanguíneo hepático o el transporte de fármacos hacia el hígado pueden alterar una o más de las funciones metabólicas de este órgano. Por lo tanto, en los pacientes con hepatopatía, el metabolismo del fármaco puede encontrarse aumentado o disminuido.
Todos los pacientes con enfermedad hepática deben vigilarse de manera constante y cuidadosa para detectar los efectos de los fármacos y las reacciones tóxicas.
Algunos medicamentos, como la digoxina y la gentamicina, se eliminan casi sin cambios a través de los riñones. Por tal motivo, la función renal inadecuada hace que el fármaco, al acumularse, produzca efectos tóxicos. Ciertos medicamentos pueden bloquear la excreción renal de otras sustancias, lo cual les permite acumular e incrementar sus efectos. En contraste, algunos fármacos pueden favorecer la excreción renal de otras sustancias, con lo cual disminuyen sus efectos.
Diferentes vías de eliminación
Aunque la mayoría de los fármacos se excretan por los riñones, algunos se eliminan por el hígado, a través de la bilis y en las heces. Ciertos fármacos salen del cuerpo en el sudor, la saliva y la leche materna. Hay anestésicos volátiles (p. ej., el halotano) que se eliminan principalmente por la espiración. Cuando los mecanismos de excreción naturales fallan, como en las sobredosis de drogas o la disfunción renal, muchos medicamentos pueden eliminarse a través de diálisis.
Sistemas de administración de fármacos
Los hospitales pueden utilizar uno de los diferentes sistemas mediante los cuales se puede obtener los fármacos que se solicitan a la farmacia. En cada uno, la función de enfermería es de coordinación entre el médico y el farmacéutico.
Independientemente del sistema de suministro utilizado por la institución, los médicos, el personal de enfermería y los farmacéuticos deben colaborar para que funcione con eficacia. Los sistemas de administración de fármacos habituales incluyen:
- Sistema de dosis unitaria.
- Sistemas automatizados.
- Prescripciones individuales.
Sistema de dosis unitaria
En este tipo de sistema, el farmacéutico surte un suministro de dosis individuales (monodosis) envasadas y rotuladas de todas las formas disponibles: oral, inyectable y soluciones intravenosas con aditivos. Por lo general, el farmacéutico surte medicamentos y soluciones intravenosas suficientes para 24 h; también puede preparar bandejas de fármacos para que se administre en horarios específicos.
El farmacéutico puede preparar dosis unitarias o comprarlas. Por lo general, coloca los fármacos de cada paciente en un cajón individual de un carro de medicación portátil. Se debe mantener los medicamentos en sus contenedores etiquetados hasta que realmente se administre. El sistema de dosis unitaria reduce la posibilidad de cometer errores en la administración de fármacos.
Sistemas automatizados
Un sistema de administración de fármacos automatizado es una versión electrónica del sistema de dosis unitaria. Un farmacéutico llena una unidad de suministro de fármacos electrónica y la mantiene bloqueada. Luego, la unidad entrega el medicamento envuelto y etiquetado de forma individual cuando se solicita.
Un sistema informático registra todas las transacciones de fármacos y proporciona las impresiones solicitadas. Para evitar los desastrosos efectos de las caídas de sistemas informáticos, las instalaciones que utilizan sistemas automatizados de suministro deben tener un plan de respaldo para surtir los fármacos y registrar su entrega.
Un sistema automatizado simplifica en gran medida el mantenimiento de registros, porque el equipo puede supervisar y realizar un seguimiento de los medicamentos desde el inventario administrativo original hasta la facturación de los pacientes. El personal ahorra tiempo que puede pasar en otras actividades, como enseñar y atender a los pacientes
Prescripciones individuales
En un sistema de prescripción individual, un farmacéutico llena una prescripción y utiliza un recipiente que se ha marcado para un paciente en particular. A continuación, se administra el fármaco al individuo de manera directa desde el recipiente.
Debido a que el medicamento está designado para una sola persona, este sistema reduce el riesgo de dar un fármaco al paciente equivocado. Sin embargo, el sistema es engorroso y lento porque con cada prescripción se debe ir a la farmacia y regresar de nuevo.
Errores frecuentes de medicación
Los fármacos con nombres que suenan de forma similar pueden confundirse con facilidad. No obstante, hay que considerar que incluso los nombres que suenan diferente pueden parecerse al escribirlos a mano con rapidez en una prescripción de fármacos: por ejemplo, acitre-tina y loxapina.
Cada vez que un fármaco no parezca adecuado para el diagnóstico, se debe llamar al médico para aclarar la prescripción. Los nombres de los medicamentos no son los únicos que se pueden confundir; los nombres de los pacientes también pueden causar problemas si no se verifica la identidad de cada persona. Este tipo de error puede ser especialmente grave si dos pacientes tienen el mismo nombre.
Considerar esta situación clínica: Roberto Fernández, de cinco años de edad, fue hospitalizado por sarampión. Roberto Hernández, también de cinco años, ingresó después de una crisis asmática grave. Los niños se asignaron a habitaciones contiguas en una pequeña unidad pediátrica. Cada uno tenía tos no productiva. Cuando un miembro de enfermería encargado de Roberto Fernández fue a darle un expectorante, la madre del niño le dijo que Roberto ya había inhalado un medicamento a través de una máscara. El enfermero rápidamente descubrió que alguien más, nuevo en la unidad, había dado por error la medicación de Roberto Hernández (acetilcisteína, un mucolítico) a Roberto Fernández.
Por fortuna, no hubo efectos adversos dañinos. Sin embargo, si se hubiera verificado la identidad del paciente con más cuidado, no se habría producido error alguno desde el principio.
Muchos miembros del personal de enfermería han confundido una prescripción de morfina con una para hidromorfona. Ambos fármacos vienen en jeringas precargadas de 4 mg. Si se administra morfina cuando el médico realmente ordenó hidromorfona, el paciente puede desarrollar una depresión respiratoria o incluso un paro respiratorio.
Considerar la posibilidad de colocar un aviso a la vista de todos en la habitación de medicamentos que advierta al personal sobre esta confusión tan frecuente. También se puede fijar una etiqueta fluorescente que diga “no es morfina” para cada jeringa de hidromorfona, y otra de un color diferente con la impresión “no es hidromorfona” para cada jeringa de morfina.
- Se debe verificar siempre el nombre completo y la fecha de nacimiento de cada individuo.
- Enseñar a cada paciente (o sus padres) a mostrar su pulsera de identificación para su inspección e indicar su nombre completo y su fecha de nacimiento cuando alguien entra en la habitación con la intención de administrar un medicamento.
- Pedir a los pacientes que si una pulsera de identificación se cae, se retira o se pierde, lo informen y así reemplazarla de inmediato
- Después de haber verificado el nombre completo del paciente, hay que tomarse tiempo para comprobar si tiene alergias a fármacos, incluso si sólo lo suponen.
- Si el paciente es alérgico, de inmediato hay que registrar la alergia en los lugares adecuados, como el expediente, registro de administración de medicamentos, pulsera, avisar a farmacia e informar al médico.
Muchos errores de medicación derivan de problemas combinados. Para un medicamento que se administra correctamente, cada miembro del equipo de atención de salud debe cumplir con el papel que le corresponde. Ejemplo:
- El médico debe escribir la prescripción de forma correcta y legible.
- El farmacéutico debe valorar si la prescripción es apropiada y luego surtirla de forma correcta.
- Enfermeria debe evaluar si la orden es adecuada y luego cumplirla de manera acertada.
Reacción en cadena
Un inconveniente en cualquier punto de esta cadena de eventos puede llevar a un error de medicación. Por eso es tan importante para los miembros del grupo de atención médica actuar como un verdadero equipo, al consultarse entre sí y detectar cualquier problema que surja antes de que éste afecte la salud del paciente.
Se debe hacer todo lo posible por fomentar un ambiente en donde los profesionales puedan supervisarse entre sí. Por ejemplo, el farmacéutico puede ayudar a aclarar el número de veces que un medicamento se debe dar cada día, así como a etiquetar los medicamentos de la manera más apropiada y recordarte que devuelvas siempre a la farmacia los fármacos no utilizados o suspendidos.
Es necesario:
- Rectificar con el médico cualquier prescripción que no parezca clara o correcta.
- Manejar y almacenar correctamente los frascos multidosis que se obtengan del farmacéutico.
- Almacenar los medicamentos en sus envases originales para evitar errores.
- Sólo administrar fármacos que se haya preparado personalmente.
- Nunca proporcionar un medicamento que tenga una etiqueta ambigua o sin etiqueta.
Un envase puede causar un error de medicación si no se tiene cuidado. Por ejemplo, es fácil confundir las gotas para los reactivos que se utilizan en los hemocultivos con gotas oftálmicas. Algunos pacientes han sufrido daños permanentes en los ojos como resultado. La mejor manera de evitar este error es mantener los reactivos para hemocultivo en una habitación adecuada (p. ej., el cuarto de mantenimiento). Nunca deben dejarse en la habitación de un paciente.
Problemas con las vías de administración: muchos errores de medicación son resultado, al menos en parte, de los problemas relacionados con la vía de administración. El riesgo de error aumenta cuando un paciente tiene varios accesos que funcionan para diferentes propósitos.
Problemas con las burbujas: para eliminar las burbujas de aire de la insulina por goteo de un paciente de 9 años de edad, un miembro del personal de enferemeria desconectó el catéter y aumentó la velocidad de la bomba a 200 mL/h para eliminar las burbujas rápidamente. Luego, lo volvió a conectar y reinició el goteo, pero se olvidó de restablecer el ritmo a 2 U/h. El niño recibió 50 U de insulina antes de que se detectara el error.
Para evitar este tipo de falla, no se debe aumentar la velocidad de goteo para eliminar las burbujas de un catéter. En su lugar, se retira el catéter de la bomba, se desconecta del paciente y se usa la pinza de control de flujo para establecer el flujo por gravedad.
Absorción farmacología
Es el proceso por el cual un medicamento entra en el torrente sanguíneo desde el sitio de administración. La velocidad y eficiencia de la absorción dependen de factores como la vía de administración, la formulación del fármaco y las características fisiológicas del paciente.
Distribución de fármacos
Se refiere al proceso mediante el cual un fármaco, una vez en el torrente sanguíneo, se distribuye por los diferentes tejidos y órganos del cuerpo. La distribución depende de factores como la solubilidad del fármaco, el flujo sanguíneo a los tejidos y la unión a proteínas plasmáticas.
Metabolismo de fármacos
Es el proceso por el cual el organismo transforma los fármacos en compuestos más fáciles de eliminar. Esto generalmente ocurre en el hígado, donde las enzimas modifican el fármaco, a menudo reduciendo su actividad y preparándolo para su excreción.
Excreción de fármacos
Es el proceso de eliminación de los fármacos y sus metabolitos del organismo, principalmente a través de los riñones en la orina, pero también a través de la bilis, el sudor, la saliva y el aire exhalado. La excreción determina la duración de la acción del fármaco en el cuerpo.
50 términos farmacológicos
- Farmacocinética
- Farmacodinámica
- Biodisponibilidad
- Metabolismo
- Absorción
- Distribución
- Excreción
- Vida media
- Dosis
- Dosis letal
- Dosis efectiva
- Índice terapéutico
- Margen de seguridad
- Efecto adverso
- Reacción alérgica
- Interacción farmacológica
- Sinergismo
- Antagonismo
- Toxicidad
- Farmacogenética
- Receptor
- Agonista
- Antagonista
- Ligando
- Vía de administración
- Efecto de primer paso
- Liberación controlada
- Tolerancia
- Dependencia
- Farmacoeconomía
- Farmacovigilancia
- Efecto placebo
- Efecto nocebo
- Dosis máxima
- Dosis mínima
- Eficacia
- Potencia
- Desensibilización
- Biorritmo
- Farmacología clínica
- Terapia génica
- Mecanismo de acción
- Profármaco
- Biotransformación
- Equivalencia terapéutica
- Ventana terapéutica
- Autoinducción
- Bioequivalencia
- Isomería
- Farmacoterapia
Enfermeria tiene la gran responsabilidad de asegurarse de que los pacientes reciban los fármacos adecuados en las concentraciones correctas, en el momento indicado y por las vías apropiadas. Al aplicar con diligencia las instrucciones que aquí se detallaron, es posible que minimices el riesgo de cometer errores de medicación y que maximices los efectos terapéuticos de los regímenes farmacológicos de tus pacientes
Farmacología – Conceptos básicos
Autor
- Taylor Tracy; 2016, Fundamentos de enfermería, 2° edición, Kettering, Ohio.
- Lorena Plazas. Lic. de enfermería. Trabajo propio
Última actualización: [28/08/2024]