Lípidos totales altos
Los lípidos totales altos en la sangre, también conocidos como hiperlipidemia, indican una elevación de los niveles de grasa en el torrente sanguíneo. Estos lípidos incluyen colesterol y triglicéridos, que son esenciales para varias funciones corporales, como la producción de hormonas y el almacenamiento de energía.
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Sin embargo, niveles excesivamente altos pueden ser perjudiciales. Las causas de lípidos totales altos pueden ser diversas, incluyendo factores genéticos, una dieta rica en grasas saturadas y trans, falta de ejercicio físico, obesidad, y ciertas condiciones médicas como la diabetes y el hipotiroidismo.
Lípidos altos
Tener lípidos totales altos incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, incluyendo aterosclerosis, infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares. Los depósitos de grasa pueden acumularse en las paredes de las arterias, formando placas que estrechan y endurecen las arterias, reduciendo el flujo sanguíneo y aumentando la presión arterial.
Para gestionar y reducir los niveles de lípidos totales, es esencial adoptar un estilo de vida saludable que incluya una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, y grasas saludables, así como la práctica regular de ejercicio físico. En algunos casos, los médicos también pueden recetar medicamentos específicos para ayudar a controlar estos niveles y reducir el riesgo de complicaciones graves.
Dietas controladas en lípidos
Los hábitos alimentarios de los países occidentales están íntimamente ligados al desarrollo de enfermedades crónicas prevalentes como son las enfermedades cardiovasculares o ciertos tipos de cáncer. En el caso concreto de las hiperlipemias, la alimentación es responsable del 90-95% de los niveles de lípidos plasmáticos, siendo la genética menos relevante como responsable directo de la aparición de una hiperlipemia y su asociación con la arteriosclerosis.
El tipo de dieta de cada población es el principal determinante de las manifestaciones clínicas de la enfermedad cardiovascular. La ingestión de diferentes cantidades de ácidos grasos y colesterol sigue siendo la referencia de las pautas nutricionales indicadas en la prevención y tratamiento de las dislipemias.
Existen otros elementos de la dieta (vitaminas, minerales, fitoquímicos, etc.) que también son determinantes en esta relación dieta y riesgo cardiovascular, de tal manera que, hoy en día, existen mecanismos dependientes de ciertos nutrientes de la dieta que van más allá de la simple teoría lipídica de la arteriosclerosis.
Diversos estudios epidemiológicos desarrollados a partir de la década de los sesenta, dejaron constancia de la estrecha relación entre el consumo de grasa y de ciertos tipos de ácidos grasos con la ECV. Se implicó por primera vez a las grasas saturadas y colesterol como los elementos nutricionales directamente más relacionados en el desarrollo de la ECV, mientras que las grasas insaturadas ejercían un efecto opuesto.
Dieta controlada en grasa en las dislipemias
La alteración del metabolismo lipídico ocasiona un trastorno denominado dislipemia que cursa con alteraciones cuantitativas o cualitativas de los lípidos plasmáticos.
Se utiliza el término hiperlipemia a: la presencia de [plasmáticas] de colesterol, TG o de ambos, por encima de los valores determinados como normales para la población general.
La dificultad para establecer los límites a partir de los cuales se considere que existe una elevación obliga a utilizar criterios clínicos y epidemiológicos para fijar los niveles de la normalidad.
Clasificaciones
Las dislipemias pueden ser clasificadas teniendo en cuenta diferentes criterios:
a) Según el perfil lipídico
- Hipercolesterolemia aislada: aumento del colesterol total a expensas del colesterol de las lipoproteínas de baja densidad (C-LDL).
- Hipertrigliceridemia aislada: aumento de los triglicéridos de origen endógeno (a expensas de las lipoproteínas de muy baja densidad, VLDL), exógeno (a expensas de quilomicrones), o ambos.
- Hiperlipemia mixta: aumento del colesterol total y los triglicéridos.
- Hipoalfalipoproteinemia: disminución del colesterol de las lipoproteínas de alta densidad (C-HDL).
b) Según etiología
- Primarias: causa genética. Se generan por mutaciones en uno o más genes que intervienen en la síntesis y/o metabolismo de las lipoproteínas. Se caracterizan por:
a) Aparecer en más de un familiar.
b) Asociarse a valores de lípidos y lipoproteínas considerablemente alterados.
c) Ocasionalmente presentar manifestaciones clínicas características, consecuencia del depósito de lípidos en zonas atípicas.
d) Asociarse frecuentemente a enfermedad cardiovascular prematura. - Adquiridas: producidas por situaciones que derivan de hábitos incorporados por el paciente.
- Secundarias: Son consecuencia de la presencia de otra patología de base.
Las dislipemias adquiridas y secundarias pueden corregirse parcial o totalmente eliminando o controlando el factor causante: el tratamiento se orienta hacia la causa de base que genera la alteración.
Mientras que en las dislipemias primarias los tratamientos no sólo van a consistir en medidas higiénico-dietéticas y farmacológicas sino también en terapéuticas específicas y complejas. La utilidad de este tipo de clasificación es que permite orientar el tratamiento.
c) Según fenotipo
- Se basa en el lípido y lipoproteína aumentados: resulta de utilidad porque permite ordenar las hiperlipemias, aunque presenta importantes limitaciones como su incapacidad para diferenciar el origen y el mecanismo responsable de la alteración lipídica.
- Tampoco contempla las hipolipemias como la disminución de los niveles plasmáticos de C-HDL.
- En la actualidad, su empleo en la práctica clínica es limitado.
Hiperlipemias primarias
- No siempre resulta fácil la separación entre hiperlipemias primarias (sin causa evidente) y secundarias (su estudio puede poner de manifiesto una enfermedad subyacente).
- Dentro de las hiperlipemias primarias diferenciamos a su vez las formas genéticas o familiares, cuando es posible demostrar agregación familiar, y las esporádicas, en las que no se demuestra ni base familiar ni origen secundario aparente.
Factores de riesgo cardiovascular: Los factores de riesgo cardiovascular son los que se asocian a una mayor probabilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular: colesterol, diabetes, hipertensión, tabaquismo, herencia genética, estrés, obesidad y la frecuencia cardiaca.
Colesterol
- Está demostrado que las personas con niveles de colesterol en sangre de 240 tienen el doble de riesgo de sufrir un infarto de miocardio que aquellas con cifras de 200.
- Cuando las células son incapaces de absorber todo el colesterol en sangre, el sobrante se deposita en la pared de la arteria y contribuye al estrechamiento originando la arterosclerosis.
- Si un enfermo de ateromatosis mantiene muy bajos sus niveles de colesterol en sangre puede lograr que ese colesterol pase de la pared arterial nuevamente a la sangre y allí sea eliminado se recomienda a los pacientes que han sufrido infarto de miocardio o accidente cerebral que mantengan cifras muy bajas de colesterol para intentar limpiar así sus arterias.
Diabetes
- Tanto si la producción de insulina es insuficiente como si existe una resistencia a su acción, la glucosa se acumula en la sangre, daña progresivamente los vasos sanguíneos y acelera el proceso de arteriosclerosis aumentando el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular.
- El riesgo cardiovascular de una persona diabética de padecer un evento cardiovascular se iguala al de una persona no diabética que haya tenido un infarto.
- Mantener unos niveles constantes de glucosa en la sangre (entre 60-110 mg/dl) evita que se produzcan daños a nivel del sistema nervioso.
Hipertensión
- La hipertensión supone una mayor resistencia para el corazón, que responde aumentando su masa muscular (hipertrofia ventricular izquierda) para hacer frente a ese sobreesfuerzo perjudicial porque no viene acompañado de un aumento equivalente del riego sanguíneo y puede producir insuficiencia coronaria y angina de pecho. Además, el músculo cardiaco se vuelve más irritable y se producen más arritmias.
- En aquellos pacientes que ya han tenido un problema cardiovascular, la hipertensión puede intensificar el daño.
Tabaquismo
- Es el factor de riesgo cardiovascular más importante, ya que la incidencia de la patología coronaria en los fumadores es tres veces mayor que en el resto de la población y las posibilidad de padecer una enfermedad de corazón es proporcional a la cantidad de cigarrillos fumados al día y al número de años en los que se mantiene este hábito nocivo.
- Hay dos factores por los que el tabaco puede producir una isquemia coronaria:
• Nicotina: desencadena liberación de las catecolaminas (adrenalina y noradrenalina) que producen daño en la pared interna de las arterias, produce alteraciones de la coagulación, incrementa los niveles de LDL y reduce los de HDL. o La [nicotina] en sangre depende más del grado de inhalación que del contenido de nicotina del propio cigarro.
• Monóxido de carbono: disminuye el aporte de oxígeno al miocardio y aumenta el colesterol y la agregabilidad plaquetaria (su capacidad de unirse y formar coágulos).
Lípidos totales altos
Información del Autor
Fuentes bibliográficas
- Hernández Galiot, Ana; 2022; Dietas controladas en energía; Universidad Europea Miguel de Cervantes, España.
Última actualización: 07/08/2024