La tanatoestética y la tanatopraxia son dos disciplinas relacionadas que se ocupan del tratamiento y embellecimiento del cuerpo humano fallecido, con el objetivo de presentarlo de la manera más digna y respetuosa posible durante el proceso de velatorio y funeral. Aunque están estrechamente vinculadas, cada una tiene su enfoque específico.
La tanatoestética se centra en la aplicación de técnicas estéticas y cosméticas para mejorar la apariencia física del difunto. Los tanatoesteticistas utilizan maquillaje, productos de cuidado de la piel, peinado y otros procedimientos para resaltar la belleza natural del individuo y minimizar los efectos del fallecimiento, como el color pálido de la piel o posibles lesiones o traumas. También se ocupan de la higiene del cuerpo, la limpieza y el arreglo de las uñas, el aseo bucal y la colocación de prótesis si fuera necesario.
La tanatopraxia, por otro lado, se enfoca en la conservación y preparación del cuerpo para su presentación en el velatorio. Los tanatopractores utilizan técnicas de embalsamamiento y conservación que incluyen la eliminación de fluidos corporales, la desinfección, la restauración de tejidos y el uso de productos químicos para retardar la descomposición del cuerpo. El objetivo es preservar el aspecto natural del difunto y permitir que la familia y amigos puedan despedirse en condiciones adecuadas.
Ambas disciplinas son llevadas a cabo por profesionales especializados, quienes reciben formación específica para realizar su trabajo de manera ética, respetuosa y de acuerdo con los estándares y regulaciones sanitarias correspondientes. Estas prácticas son comunes en muchos países y forman parte del proceso funerario para proporcionar un último homenaje al difunto y brindar consuelo a los seres queridos durante el duelo.
